Cómo leer las manos: la quiromancia
La ciencia arcana del desciframiento de las manos recibe el nombre de quiromancia, una palabra que proviene de dos raíces griegas (quiros, mano, y mancia, lectura), y es una disciplina que nos permite establecer una conexión entre la dimensión física y la dimensión espiritual de una persona. Con ella, a partir de la forma y de los pliegues de las manos, se determinan patrones de conducta, características de la personalidad e incluso el devenir del futuro de una persona.
A pesar de la imagen estereotipada que se tiene de la gitana lectora de las manos y de la sorna que se hace de esta práctica, la quiromancia es un procedimiento avalado por una larga serie de tratados y los estudios de expertos en la conducta y los patrones de la psique, como Carl Jung, y con nexos directos con otras formas de la mancia espiritual como la astrología y el tarot.
El modelo de la personalidad según la mano
En 1944 Carl Jung y el famoso quiromántico Julius Spier trabajaron juntos en un proyecto que intento unir el naciente psicoanálisis con la lectura de las manos. El psiquiatra suizo había encontrado muchos paralelismos entre la quiromancia y la entonces reputada ciencia de la frenología, que trataba de descifrar la mente humana a través de una lectura táctil del cráneo y de sus protuberancias.
El resultado fue un libro escrito por Spier y prologado por Jung, "Las manos de los niños", que se publicó en 1944. En él Jung dice: “Todas las obras del hombre tienen su origen en la fantasía creativa. Entonces, ¿qué derecho tenemos a depreciar la imaginación?”. En esta obra se incluye un excepcional diagrama en el que Jung trata de explicar como la psique humana se contiene en una mano.
En el podemos ver que la mano, en su conjunto, representa a la persona, y que se halla inserta en una realidad que se compone a la derecha del mundo interior y a la izquierda del mundo exterior. Ambos mundos se encuentran en el justo medio de la mano (en donde ahora encontramos la Línea de Apolo): es ese punto en donde se crea lo que llamamos consciencia. Debajo de ellos, en donde terminan los dedos e inicia la palma se encuentra el inconsciente, que se forma a su vez de do partes: el ánima y la sombra, la voluntad y la impulsividad. Por debajo de la muñeca comienza el inconsciente colectivo: esa herencia de instintos y conocimientos que nos llega por vía genética. El ego, o la esencia de la personalidad, se ubica en el dedo pulgar, que para muchos quirománticos es un dedo esencial en toda lectura de las manos.
Dentro de este diagrama podemos encontrar muchas correspondencias entre las nociones quirománticas y las psicoanalíticas (por ejemplo: el Monte Venus, que define la sensualidad, se ubica en el sitio donde Jung estableció al ánima).
Con esto, hemos querido establecer la validez interpretativa en las ciencias del comportamiento de la quiromancia.
La importancia de los dedos en la quiromancia
Según el modelo de Jung, los dedos tienen una importancia vital en la lectura quiromántica, pues a través de ellos, como si de canales se tratará, emerge el inconsciente personal y colectivo, y las fuerzas evolutivas (el ánima) y las del instinto (la sombra). Estas fuerzas que crean a la persona, representada por la totalidad de la mano, y que en los dedos tiene su manifestación en la forma de la consciencia y el ego.
No son muchas las escuelas quirománticas que se valgan de los dedos para las lecturas de una mano, y es por ello que resulta interesante repasar la utilidad que tienen en el desciframiento de la personalidad y el destino de una persona.
Los dedos son tan determinantes en la lectura de una mano que en ellos encontramos las huellas digitales. ¿Y qué otra cosa es una huella digital que la expresión de nuestra singularidad? La dejamos en todo lo que tocamos. La permanencia de estas impresiones podría simbolizar la necesidad de tener un Ego, ya que el cuerpo físico es un hogar para nuestra alma.
El pulgar
Dentro de todos los dedos, y como Jung lo señala, el pulgar es el dedo más importante. Para Jung representa al ego. Es decir: a esa fuerza personal que en cada uno se resiste al embate del mundo y nos hace individuales. El pulgar, desde este punto de vista, representa a la consciencia de una persona, a la esencia misma de su personalidad.
Para los quirománticos el pulgar es el sentido del yo e indica la forma en que una persona se relaciona con el mundo visible y el espiritual. El pulgar es, en ese sentido, en donde se puede leer nuestra capacidad para ser felices.
Acerca del ego, Jung escribió: “Es el centro del campo de la conciencia; y, en la medida en que esto comprende la personalidad empírica, el ego es el sujeto de todos los actos personales de conciencia". El ego se conecta y comprende al mundo visible y al espiritual a través de los sentidos, por ello es importante leer al pulgar en relación con todos los dedos y sobre todo con el dedo índice.
Un pulgar grueso y sólido, según la tradición quiromántica, nos indica a una persona práctica con el dinero, que tiene demandas muy simples y que cumple sus promesas. En cambio, un pulgar plano, delgado o desigual evidencia a una persona más impaciente, que se guía más por el placer y la emoción. Las personas con pulgares más cortos tienen problemas para ser autosuficientes. Aquellas con pulgares más largos tienen una confianza más firme en sí mismas.
El índice
Nuestra conciencia se nutre a través de los sentidos, y su alcance en la realidad es lo que determina nuestra fuerza espiritual y nuestra sabiduría. Entre más penetramos en los mundos visible y espiritual, más sabemos, más sabios somos, más preparados estamos para los caminos que la vida pone frente a nosotros.
Por estas razones el dedo índice es tan importante, pues al ser el dedo más largo, es como un ariete que penetra antes en la realidad, como una antena que recibe con mayor intensidad las energías que nos rodean. El índice es, según muchas culturas, un dedo asociado al corazón y a su fortaleza. No en vano corre por el él una de las líneas más importantes, la línea de Apolo, relacionado con la salud del cuerpo y de la mente.
Tocamos el mundo a través de nuestros dedos, y lo tocamos ante todo con el dedo índice. Y este dedo es uno que siente con mayor intensidad al mundo con el que entra en contacto. La yema del dedo índice tiene más terminaciones nerviosas que cualquiera de los otros dedos, y por ello es más sensible al tacto. Un sentido que implica mucho más que simplemente sentir la textura física del entorno.
El dedo índice más que ningún otro dedo de la mano siente las vibraciones, la presión, el calor y el frío, lo húmedo y lo seco, lo blando y lo duro, las energías que después impactarán en el resto de los sentidos. El índice es a esencia de la Conciencia del Ser central.
El dedo índice debe leerse tras un examen cuidadoso, pues no es sencillo de interpretar. Sabemos, sin embargo, que un índice que sobresale indica el deseo de poder de una persona. Un dedo índice de la misma longitud que el dedo del medio muestra a una persona dura y agresiva, que sabe hacer dinero en cualquier circunstancia. Los dedos índices más cortos pertenecen a personas celosas, que sufren dificultades laborales y personales por una notable inseguridad.
Dedo medio
El dedo medio suele ser el más largo de los dedos, y cuanto más largo indica a una vida más serena y privilegiada. Un dedo medio corto sugiere que la persona será persistente en el trabajo. Un dedo irregular en su trazo o con curvas indica que la persona necesita un mayor control de sus emociones. Un dedo medio que tiene la misma longitud que los otros dedos indica una persona impaciente, que a menudo cambia de trabajo.
Dedo anular
El dedo anular recibe este nombre porque es que ostenta el anillo de matrimonio, y representa el amor y los lazos familiares. Un dedo anular que se apoya en el dedo medio muestra a una persona que es responsable de la estructura familiar y que presta atención al cónyuge y los hijos. Si el dedo anular es tan largo como el dedo medio, precaución, pues a esta persona le encantan los juegos de azar y los altos riesgos financieros. Los dedos anulares más cortos evidencian a personas realistas y más cautelosas con el dinero.
Dedo meñique
El dedo meñique es representativo de los niños y de la infancia y en él suele inscribirse el derrotero que tomaron los primeros años de esa persona. Un dedo meñique muy corto es un signo de enfermedades y debilidad. Un dedo meñique largo y delgado muestra a un niño honesto y esforzado, que será semilla de un adulto de gran capacidad de trabajo.
Encuentra tu lugar en el mundo conociendo la escritura que llevas tus manos. Deja que nuestros quirománticos expertos descifren el destino escrito en tus manos, en su forma, en sus líneas y en sus montes.
Deja que tus manos revelen tu destino.